Se ven inofensivas, pero no lo son. Las librerías tienen fórmulas para tentar hasta lograr su objetivo: que el lector trascienda las simples miradas o el manoseo furtivo en un rincón y despierte al otro día con el libro en casa.
En verdad ya entendí el libro de arte de la guerra... es que ese día de la clase cuando yo le discutía al Doctor Aramallo de que el libro no me gustaba, hace tiempo que no competía y ahora me di cuenta de que si soy una persona que llego a crear una estrategia para ganar una milésima de segundo menos y que trato de aparentar para crear una debilidad sicológica en las otra niñas y muchas cosas más, en verdad el hombre vive generando estrategias para llegar a conseguir lo que desea y vivimos en torno a puras estrategias, las librerías que ya no son tan visitadas como antes deben formular estrategias para que la gente vaya a visitarlas y se interesen por los libros si no en un tiempo más dejaran de ser rentables y al final trinarían desapareciendo. Valentina Billeke Brancoli
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